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Cerdeña 2009
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5 de julio, domingo
Hoy visitamos la ciudad de Bosa, situada a tres kilómetros de Bosa Marina, aguas arriba del río Temo, el único navegable
de Cerdeña. Bosa fue fundada por los fenicios y prosperó con los romanos; en el siglo XII, la familia Malaspina construyó un castillo para hacer frente a los piratas árabes que penetraban por el río Temo. En el XIX, los Savoyas tuvieron un próspero negocio de curtidurías, como se puede ver en el museo de la Casa Deriu. Es aconsejable callejear por el casco viejo: plazas con fuentes, antiguos edificios medievales restaurados, redes de pescadores colgando de las paredes... y entre las elegantes balaustradas de hierro de los balcones verás una cesta con una cuerda que los residentes utilizan para subir cualquier cosa de poco peso desde la calle al piso. ¡Ah!, y no te pierdas el interior
de la catedral de la Inmaculada, un raro ejemplo del rococó.
Nos acercamos hasta Ardara para ver la iglesia de Santa María del Regno, la hija del juez de Torres puso el dinero para su construcción, con lo que se ganó un puesto en el cielo de por muerte. Volvemos a la playa de Bosa Marina justo a tiempo de aprovechar los últimos rayos del atardecer y nos colocamos al lado de la torre española, donde un cormorán hiperactivo en busca de peces se acerca a menos de dos metros de nuestras piernas. Cenamos en el restaurante de la Residencia Lido Chelo, a ciento cincuenta metros de nuestro hotel: atún rojo para mi mujer, pez espada para mí y, de postre, panacotta. | ||